El cigarrillo electrónico fue inventado en el año 1960, pero no empezó a ser popular sino una década después. En la actualidad, existen más de 250 marcas de cigarrillos electrónicos disponibles en una gran diversidad de sabores como melón, goma de mascar y en más colores que un iPhone.
Los cigarrillos electrónicos son inhaladores de nicotina operados por una batería de litio recargable, y contienen un cartucho o carga, como así también una luz LED que se ilumina en su extremo cuando sopla en el cigarrillo electrónico para simular el quemado de humo de un cigarro de tabaco. El cartucho se llena con un líquido que normalmente contiene el químico llamado propileno-glicol junto con nicotina, saborizantes y otros aditivos.
Este dispositivo funciona de manera muy parecida a lo que sería una pequeña máquina de humo que se usan en los escenarios durante conciertos de rock. Cuando Ud. “fuma” uno de estos cigarrillos electrónicos, un elemento que produce calor hierve el líquido en el interior del cartucho hasta producir vapor. El dispositivo siempre producirá la misma cantidad de vapor independientemente de la fuerza con la que sople o aspire hasta que la batería o el líquido se acaben.
Cuáles son los riesgos?
Los cigarrillos electrónicos son algo tan nuevo que aún no hay muchas respuestas de la ciencia acerca de la seguridad que hay en su uso.
Sin embargo, ya hay estudios que demuestran que si bien el cigarrillos electrónico también contiene algunos elementos o ingredientes nocivos para la salud, el cigarrillo de tabaco lo supera con creces, por lo que en esta instancia lo único que se puede asegurar con total certeza es que el cigarrillo electrónico es menos dañino que su contraparte de tabaco.